CABO DE GATA - CON "Ñ" DE ESPAÑA -

UN DESIERTO DE PELICULA EN EL MEDITERRANEO   Durante esta pandemia, no dejes de viajar. Sigue con tu vida. No podemos salir al extranjero, p...

martes, 22 de junio de 2010

TANZANIA EL ENCANTO DE AFRICA


Un safari por Tanzania es, sin duda, uno de los viajes más auténticos, anhelados y mitificados por la literatura y el cine. Más aún si incluye los grandes y legendarios Parques Nacionales: Serengueti, Ngorongoro, Tarangire y el monte Kilimanjaro. Nos sentiremos unos privilegiados en medio de las extensas llanuras salpicadas de elegantes acacias, siguiendo el rastro a los animales en su hábitat natural. El objetivo es ver y fotografiar a los cinco grandes: león, leopardo, rinoceronte, búfalo y elefante.
Para conocer este destino debemos emplear al menos doce días, y si es posible con un guía que hable español para no perdernos ni un solo detalle. La mayoría de los hoteles en Tanzania son tipo lodges, comodísimos y con buena comida. Para los más aventureros, yo os recomiendo la acampada (no al estilo camping europeo). Aquí viajarás con chófer, guía y cocinero. Y no pienses que dormirás en una tiendecita de campaña pequeña. Son campamentos perfectamente equipados (muchos son de lujo) y situados en zonas protegidas, no olvides que estás rodeado de animales salvajes.


Las carreteras son en realidad caminos de arena en su mayoría o lo que llamamos pistas. Los trayectos se realizan en vehículos todoterreno que compartirán cuatro o seis personas, aunque si lo lo pagas por supuesto, puedes ir solo con tu acompañante. 

Otra forma ideal de hacer los traslados entre parques es en avioneta. Un lujazo. Pero nos perderemos el ambiente de las poblaciones que crecen al borde de las carreteras, con puestos de comida y tiendas improvisadas, que sirven tanto de peluquería como para venta de comestibles. La gente anda por los arcenes camino de sus trabajos y los niños van a la escuela. Las matatu o autobuses van hasta los topes. Y, al fondo, los jóvenes pastores masais, arropados con sus telas de un rojo intenso, deambulan por las llanuras al cuidado de sus vacas. Su idioma es el suajili. Pero te van a sorprender hablando en español.

Lo más probable es que comencemos nuestro recorrido en Arusha, una modesta ciudad a los pies del monte Meru, conocida por ser la capital de los safaris. Su proximidad a los grandes Parques Nacionales del norte de Tanzania, como el del Serengeti, han convertido Arusha en uno de los centros turísticos más importantes del país. Todo lo que puedas necesitar para tu aventura africana deberás conseguirlo aquí.
Una de esas perlas olvidadas en los safaris que se organizan por el norte tanzano es el Parque Nacional del Lago Manyara (entre Arusha y el Ngorongoro), una llanura de unos 350 km2, la mayor parte de los cuales están cubiertos por un extenso lago de aguas alcalinas.

Si llegas pronto por la mañana es muy probable que topes con un curioso comité de bienvenida: numerosos grupos de monos –babuinos y monos azules– que, frente a la poca afluencia de vehículos a esa hora del día, invaden todos los caminos. 

Durante la época seca es muy fácil ver a los grandes mamíferos, normalmente jirafas y elefantes, paseando tranquilamente por el lecho seco del lago.

Vengas cuando vengas, no obstante, la mayor atracción en Manyara la encontrarás precisamente en el centro de la laguna: una espectacular colonia de tres millones de flamencos. Otro de sus grandes reclamos es la existencia de leones que trepan a los árboles, una costumbre fuera de lo común en estos felinos.


Arusha es un buen lugar para comprar souvenirs. En las inmediaciones de Boma Road y Joel Maeda Street suelen concentrarse gran número de vendedores ambulantes. Pero si buscas piezas de mayor calidad puedes dirigirte a las tiendas de Boma Road o al mercado de artesanía. Lo más típico son las tallas de la étnia Makonde, las kanga – indumentaria tradicional de las mujeres tanzanas –, cestería y los objetos hechos a partir de latas... Ten en cuenta que el regateo aquí es una práctica habitual.

El Serengueti es una de las reservas naturales más importantes del mundo. Es famoso sobre todo por la migración anual de ñus azules. Más de 1,5 millones de animales cruzan a Masai Mara.

El Serengueti nos ofrece un paisaje de grandes planicies, que es el significado de su nombre: llanuras infinitas. Y el mundo animal es brutal: aquí, el león casi siempre pierde a la presa, los elefantes usan su devastadora fuerza para arrancar los árboles de la tierra, y los buitres disfrutan dándose un festín con un cachorro de impala. Es la esencia de África, una belleza que deja sin palabras a todo aquel que la visita.
El Parque Nacional de Tarangire, se fundó en 1970 y se extiende a lo largo de casi 2.600 km2. Tiene menos visitantes que los otros parques y sigue siendo casi un secreto bien guardado. Es famoso por los majestuosos baobabs, sobre todo en el norte, y más al sur están los árboles candelabro. Aquí vas a ver grandes rebaños de elefantes que avanzan lentamente hacia el río Tarangire; leones, ñus, cebras y más de 300 especies de aves. Entrar en este parque es una experiencia muy diferente a la del Serengueti. Habrá momentos en los que te parecerá que todo ese espectáculo de la Naturaleza se representa sólo para ti.


Pero el punto culminante de este safari es, sin lugar a dudas, el cráter de Ngorongoro, con una caldera de unos 20 km de ancho que acoge más de 30.000 animales. Lo que hace único al Ngorongoro es el escenario, con una pared que se eleva unos 600 o 700 m sobre la caldera. El cráter está atestado de visitantes, pero este increíble espacio natural es capaz de entusiasmar a todos. Hay que madrugar para empezar el safari. Lo más esperado es poder ver una cacería de leonas, o al menos verlas rondar a sus presas. Hay que tener paciencia porque la espera puede llevar horas, pero es muy emocionante.

En lo alto del cráter están los hoteles, a 2.285 m. Hay uno mítico que domina una de las vistas más espectaculares de la Tierra. Es el famoso Hotel Crater Lodge con decoración barroca safari, candelabros de bronce y arañas de cristal. El colmo del lujo: una cena a la luz de las velas en un balcón al borde de la caldera.

El monte Kilimanjaro, la cima más alta de Africa con sus cumbres nevadas, han sido siempre el sueño de aventureros y exploradores.

De camino a la cima, la larga fila de porteadores y guías dibuja un itinerario serpenteante a lo largo de la selva antes de llegar a la sabana de la montaña. El último campamento, a 4.600 m de altitud, se asienta en las últimas pendientes del cono volcánico. El ascenso es duro y agotador, pero increíblemente gratificante. Pocos consiguen reprimir las lágrimas cuando leen la señal que dice: "Enhorabuena. Está en la cima Uhuru, el punto más alto de África, a 5.895 metros sobre el nivel del mar". A esta altura escasea el aire y el corazón late como un caballo a galope. Pero lo más impactante es el hecho de tener delante todo el continente africano. Es una sensación pura, tan emocionante y primitiva que sólo África es capaz de dar.


Unos días en Zanzibar,la pequeña isla de la costa Suajili pondrán la guinda al safari con increíbles imágenes de postal. Como los dhows (embarcaciones de vela latina) flotando sobre un mar transparente y celeste, y playas de arena blanca con enormes palmeras que se inclinan con la suave brisa tropical. Un lugar idílico con un pasado bastante más tremendo.

Es conocida como la isla de las especias, por su industria del clavo. Hay una ruta (spice tour) que puedes seguir por las plantaciones para ver, oler y probar las frutas tropicales y otras especias de la isla, como el cardamomo, la canela o la nuez moscada. Pero esta isla también fue un centro esclavista y hay otro recorrido que pasa por sitios que recuerdan este duro pasado sobre todo en la capital, Stone Town. Hay excursiones en barco que te auguran un baño con delfines. No es muy difícil encontrarlos. También puedes ir a la isla Changuu para ver las tortugas gigantes y practicar el buceo.


LOS MASAI


También llamados los hombres de rojo, no representan la tribu más numerosa de Tanzania pero sí la que perdura con una forma de vida y costumbres ancestrales. Los niños y adolescentes, cubiertos con telas rojas, se dedican a pastorear con sus rebaños de ovejas y vacas, con la lanza en mano para defenderse del ataque de los depredadores. 

Hacia los veinte años se convierten en guerreros adultos y más tarde pasan a ser veteranos y pueden casarse. Resulta muy interesante visitar un poblado masai. 

Asistir a su espectacular danza de saltos con los que demuestran su hombría, escuchar sus canciones e incluso entrar alguna de sus chozas te costará unos 20 € . Se paga directamente al jefe del poblado o a su hijo.

Algunos hablan español y te explicarán sus costumbres. Al final de la visita querrán venderte algunos de los abalorios, las pulseras y collares multicolores, las calabazas secas que utilizan para mezclar la leche y la sangre, y hasta sus machetes, bastones y lanzas. Puedes regatear si te interesa algo.


CUIDADO CON LOS SOUVENIRS

Un recuerdo hecho a partir de especies exóticas puede salirte muy caro: en Tanzania se preveen hasta penas de prisión por la exportación de especies protegidas. Los controles en la frontera suelen ser bastante estrictos, así que abstente de sacar: marfil, cuerno de rinoceronte, pieles, plantas, animales vivos o muertos (incluso insectos) y madera de sándalo. Para la exportación de otros productos, como aloe vera, corales, conchas de animales marinos o pieles de reptiles, tienes que adquirir un permiso especial.


UN IMPRESCINDIBLE EN TU VIAJE A TANZANIA

Una de las cosas que debes incluir en tu safari es una noche de campamento en un Parque Nacional. Es una experiencia contemplar la puesta del sol entre las acacias, hablar junto a un fuego y escuchar el sonido de los animales por las noches.


Programa de radio "DE VIAJE POR NUNAVUT" en Radio Sport (91,4 FM)
Sábado 19 de junio 2010
Enrique Torres (El viajero impenitente)

sábado, 5 de junio de 2010

VIETNAM Y CAMBOYA (2ª parte)

“LA CAPITAL PHNOM PENH, ESTA EMERGIENDO DE SUS CENIZAS CUAL AVE FENIX”


A la llegada a Phnom Penh, nos encontraremos a más de 100 taxistas esperando nuestra llegada. De entre los tuk tuks, los taxis, las motos y las bicis que se amontonarán, saldrán cientos de camboyanos que nos atosigarán y perseguirán sin miramientos ni piedad.
Phnom Penh todavía está emergiendo de sus cenizas. Sin duda, tardará unos cuantos años en convertirse en lo que podría haber sido de no ser por una guerra civil, la locura de Pol Pot, de los americanos y de los vietnamitas, hasta llegar a finales de los noventa.
70 años de guerra en guerra durante un siglo es para meter a la población entera en un psiquiátrico colectivo.
Phnom Penh, ciudad donde confluyen tres ríos, ha sido bañada de sangre durante tres décadas y prácticamente la mayoría de las visitas que se pueden hacer se relacionan con la sangrienta historia de este país. Los Killing Fields, la prisión de Tuol Slang donde más de 17.000 personas fueron torturadas y exterminadas bajo la locura de los Khmer Rojos. Al menos ellos no olvidan la historia y tampoco la dejan aparcada a un lado, pero las cosas de palacio camboyano van despacio y todavía no existe fecha para el juicio de estos asesinos.
Lugar de paso, Phnom Penh nos servirá para preparar nuestra visita a los Templos de Angkor.

DE TAPAS POR PHNOM PENH: UNA FORMA CURIOSA DE CONOCER LA CIUDAD


¿Te apetece una suculenta tapa de grillos, arañas, gusanos de seda y murciélagos a la fritanga? Estas delicatessen no son precisamente la última moda en noveau cuisine con salsa de rúcula a la vinagreta. Se trata más bien del snack nacional favorito de Camboya. Es sorprendente el elevado número de expatriados camboyanos que se mandan cajas de grillos fritos a Francia, Estados Unidos o Alemania para seguir así disfrutando en la distancia de su plato predilecto.
Así como las bolsas de pipas circulan por las calles de España con total impunidad, en Camboya la gente pica por las calles una buena bolsa de grillos fritos. Lo bueno de este típico pica-pica es que no deja cáscara por el suelo, todo va del paladar a la panza en un delicioso recorrido gustativo.
Por la noche se puede ver a los nativos andando por los campos más minados del planeta con un somier y una linterna estilo minero en la frente. Con la luz atraen a los cantarines grillos que para su desgracia terminan en las redes de ese somier-trampa.

LA CIUDAD PERDIDA DE ANGKOR, UNA MARAVILLA ENCONTRADA


Es sorprende que este enorme complejo de templos perdidos en la selva populares y populistas que solo se dejan llevar por el falso orgullo patriótico y el verdadero económico.
Estas selecciones las deberían realizar expertos profesionales que realmente saben calcular el valor de nuestro patrimonio histórico.
Los templos de Angkor Wat, Bayon, Ta Prohm o Angkor Thom nos desvelan la misteriosa historia de la cultura Khmer, su poder alrededor de todo el sudeste asiático y su posterior pérdida de poder. Los templos fueron literalmente engullidos por la jungla hasta que un buen día un explorador francés pasó por ahí y quedó alucinado.

EXTASIS EN LA SELVA


En el año 1860 Henri Mouhot, un naturalista francés que se encontraba en la selva camboyana, descubrió por casualidad la legendaria capital del imperio jemer, Angkor. Durante todo este largo tiempo la ciudad estuvo completamente olvidada. Sin embargo, hay que tener muy en cuenta que nos encontramos ante uno de los mayores y más hermosos monumentos religiosos jamás construidos. Y Angkor no es sólo un templo. Esta inmensa extensión de jungla de más de 400 km2 atesora un centenar de imponentes construcciones, magníficos ejemplos de instalaciones hidráulicas y cientos de esculturas y bajorrelieves que muestran cómo era la vida de sus habitantes entre los siglos IX y XV.
Inexplicablemente, poco después se inició un irrefrenable proceso de decadencia que concluyó con la desaparición en el siglo XIV de la civilización de Angkor.

ANGKOR THOM REPRESENTA LA GRANDEZA


El sendero que atraviesa la jungla hasta la entrada de Angkor Thom provoca una cierta sensación de aturdimiento. De pronto, la antigua ciudad te da la bienvenida: dos amenazadoras cabezas de cobra de piedra, las naga, se yerguen a ambos lados del puente que pasa por encima de un foso y los cuerpos de estas cobras se extienden por toda la longitud del puente y están firmemente abrazados por una hilera de 54 dioses, a uno de los lados, y 54 demonios al otro.
El camino prosigue entre una espesa vegetación. De vez en cuando nos cruzaremos con camboyanos montados en sus bicicletas o monjes vestidos con sus clásicas túnicas de color naranja pero la meta es el Bayon, el templo-montaña edificado en el centro de la ciudad. Es un delirio de piedra al que el tiempo añade fuerza y prestigio.
En el Bayon, a la sombra de torres que sostienen gigantescas figuras de sonrisa inmutable, se pueden observar escenas de la vida de antaño.

ANGKOR WAT es el mayor monumento representativo del mundo Jemer.


Fue erigido por Suryavarman II en el siglo XII y está dedicado a Visnú, dios hindú de la Creación y Destrucción. Está formado por una pirámide rectangular de tres pisos, rodeada de un muro y un foso.
Su perfección en el diseño, proporciones, relieves y esculturas, lo convierten en uno de los monumentos más hermosos del mundo. Sin embargo, posiblemente no hay en el universo una construcción tan maltratada. Desde el abandono de la ciudad en 1432, Angkor fue literalmente tragada por la selva. Además, los morterazos de la guerra, la enfermedad de la piedra y los excrementos de los murciélagos han ido mortificándola.
El atardecer es el mejor momento para visitarlo, cuando las piedras recobran vida con el sol.

OTROS TEMPLOS IMPORTANTES DENTRO DE ANGKOR


Banteay Srei (la Ciudadela de las Mujeres) es un templo precioso, de gresite rojo y rosa y con preciosas esculturas de jóvenes guerreros. Fue construido en el año 967 y está dedicado a Shiva. Hay que tratar de visitarlo a primera hora de la mañana, porque después se llena de turistas.
Tampoco hay que perderse el Preah Palilay, la belleza de los atardeceres sobre el estanque de Srah Srang; y el Ta Prom, testimonio del estado en que se encontraban la mayoría de los templos antes de su restauración, con las lianas y las raíces de los árboles creciendo sobre las piedras.

SIEM REAP: UNA CIUDAD DESTARTALADA

Ya que nos encontramos aquí, no hay que dejar pasar la oportunidad de visitar Siem Reap. No es una gran ciudad, pero ahí reside su encanto: calles asfaltadas y otras a medio asfaltar, comercios por todas partes, restaurantes de cocina thai o china y un mercado central siempre abarrotado.
Se extiende hasta las orillas del río del mismo nombre, y entre los infinitos campos de arroz que la rodean, su centro mantiene las majestuosas construcciones de estilo colonial francés, ahora convertidas en restaurantes y cafés.
Para conocer un poco la ciudad, lo mejor es caminar de norte a sur por la orilla del río o por Pokambor Avenue. En esta zona descubrirás la verdadera esencia de esta ciudad somnolienta.
La carretera que rodean la ciudad son un hervidero de actividad: pueblos flotantes, pescadores, comercios de frutas y verduras… Es la imagen de la vida en ebullición creada por el agua, el elemento vital.

17 días en estos dos enigmáticos países no serán sufientes para conocer todos sus rincones, pero si nos valdrán para tener una percepción de ellos con una gran intensidad.

Programa de radio "DE VIAJE POR NUNAVUT" en Radio Sport (91,4 FM)
Sábado 05 de junio 2010
Enrique Torres (El viajero impenitente)

VIETNAM Y CAMBOYA (1ª parte)


“VIETNAM, LA NUEVA JOYA DE ASIA”

Vietnam se está convirtiendo en uno de los destinos más alabados del mundo por sus bellezas naturales y por la hospitalidad de sus habitantes. Este verano visitaremos el país cuando se cumplen sus primeros veinte años seguidos de paz en mucho tiempo.
Tras el milenario dominio chino, casi un siglo de colonización francesa y una década de ignominiosa guerra con Estados Unidos, afloran ahora paradisíacos parajes, ciudadelas de madera que flotan sobre ríos, playas nacaradas, enclaves monumentales, surtidos de Confucios y Budas, así como lagos con flores de loto, farallones y cuevas.
Una tradicional seña de identidad en todas las ciudades del país son sus vistosas casas enjutas y alargadas, que se llegan a elevarse hasta cuatro plantas de altitud.
Vietnam es uno de los países más densamente poblados de la península de Indochina; en apenas 300.000 km2 conviven cerca de 82 millones de habitantes; un espectáculo de avenidas y mercados atestados de motocicletas y personas cubiertas con sus sombreros reverenciales. Los vietnamitas ya no quieren ni oír hablar de ningún trauma bélico y jocosos como pocos, se desviven por agradar al forastero. Portadores de un cierto budismo rumbero, no es ocioso definirlos como “los latinos del sudeste asiático”.

LA LARGA SOMBRA DEL “TIO HO” SE CIERNE SOBRE HANOI


Una escala prioritaria en nuestra visita a Vietnam está en su capital, la entrañable y codiciada ciudad de Hanoi. La ciudad es un canto a la detención del tiempo, con una mezcla de pureza asiática y fragancia colonial francesa. Desde que a finales de la 2ª guerra mundial, el austero líder comunista Ho Chi Minh fundara la Republica Democrática de Vietnam, Hanoi no paró de bracear hasta erigirse en la capital del país en 1975.
El mausoleo de Ho Chi Minh, custodiado por decenas de guardias nos muestra su cadáver embalsamado y es un concurrido punto de interés turístico, y los vietnamitas muestran con orgullo la sobria casita de madera en la que el austero regidor comunista, solterón empedernido, optó por habitar a espaldas del lujoso palacio presidencial que le correspondía.
Hanoi es una ciudad rica en conjuntos monumentales, desde la legendaria pagoda de un solo pilar, al noble entramado del Templo de la Literatura. En el teatro Thang Long contemplaremos el espectáculo de marionetas acuáticas, para regresar a nuestros aposentos sorteando ciclomotores entre los puestos de las angostas callejuelas de sus mercados a la intemperie.

HOI AN Y HUE, DONDE LOS COLORES DEL TIEMPO PERDURAN INALTERABLES


Hoi An nos ofrece un atractivo paseo por sus calles rectilíneas de alegres comercios y mansiones, con un curioso mercado a la intemperie en el delta del gran río que da nombre a la ciudad. Hoi An fue uno de los principales puertos comerciales de China Meridional durante siglos y en sus construcciones se alternan las más diversas huellas arquitectónicas de japoneses, chinos, franceses, holandeses, portugueses y españoles, sin perder un ápice del inconfundible aroma vietnamita, con sus típicas fachadas angostas y esbeltas.
Atravesada por el río Perfume, Hue fue la capital imperial del país hasta la abdicación del último emperador en 1945, cuando el gobierno comunista de Ho Chi Minh la trasladó a Hanoi.
Su emblemática pagoda de Thien Mu y su Ciudadela, construida a imagen de la Ciudad Prohibida de Pekín son sus principales reclamos.

HA LONG BAY: LA GUARIDA DEL DRAGON


Tres mil islas forman uno de los paraísos más bellos de Vietnam a unos 160 kms al este de Hanoi, la bahía de Ha Long, declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco en 1994. Sus inmensos atolones emergiendo de las aguas del Golfo de Tonkin, resultan casi irreales. Para visitar este lugar nos embarcaremos en un junco, barco típico vietnamita.

LA ENIGMATICA SAIGON


Saigón, capital del sur de Vietnam y también llamada Ho Chi Minh, vestida de colonialismo francés y con sobrias arquitecturas soviéticas, es la que mejor representa el boom económico que está transformando el sureste asiático y que puede palparse en ciudades como Kuala Lumpur o Singapur.
Si damos un paseo por las avenidas del distrito 1, veremos como las boutiques más famosas se codean con los mejores clubs nocturnos y los más refinados restaurantes europeos.
A pocas manzanas de allí otro panorama bien distinto, junto al mercado Ben Thanh el pescado se vende en la calle, entre el griterío de sus gentes y el ruido ensordecedor de las motos que circulan por allí. El contraste está servido y hay para todos los gustos.
Si Hanoi es un amor a primera vista, con su asiático rostro, Ho Chi Minh es la amante impetuosa, algo intimidatoria al comienzo, acaba por envolvernos. En Ho Chi Minh, uno puede trasladarse a un París remoto, visitando la réplica neorromántica de la Catedral de Notre Dame o el carismático edificio de Correos, que bien parece una estación de ferrocarril europea y deleitarse con el ineludible mercado de Ben Than, vietnamita de pura cepa.
Saigón permite, como diría Cortazar, dar la vuelta al día y a la noche en 80 mundos.

EL DELTA DEL MEKONG: ÚLTIMA PARADA EN TIERRAS VIETNAMITAS


Para despedirnos de Vietnam nos dirigiremos a la ciudad ribereña de Can Tho, conocida por poseer los mejores restaurantes del Delta. Sus especialidades culinarias son la carne de rana, la tortuga y otros anfibios. Lo mejor para acabar la velada son unos rollitos de carne de serpiente, un verdadero desafío para los paladares no iniciados, pero deliciosos.

Programa de radio "DE VIAJE POR NUNAVUT" en Radio Sport (91,4 FM)
Sábado 29 de mayo 2010
Enrique Torres (El viajero impenitente)

viernes, 14 de mayo de 2010

LAS CIUDADES HABITADAS MAS ANTIGUAS DEL MUNDO


Si miramos una ciudad actual parece que la sociedad urbana es un fenómeno moderno. Sin embargo si rasgamos un poco la historia comprobaremos todo lo contrario.
Los años han ido pasando ante muchas ciudades; guerras, cambios climáticos, migraciones,... pero algunas de ellas han continuado impertérritas durante milenios con la mirada vieja e inmutable puesta sobre el horizonte que las viera nacer. Aún así, la erosión del tiempo y la historia han dejado pocas de ellas habitadas.
Las 10 ciudades que con el paso de los siglos han sobrevivido y en algunos casos han ido progresando.
Las ciudades son:
1. Damasco, Siria (12.000 años)
2. Jericó, Cisjordania (11.000 años)
3. Susa, Irán (10.000 años)
4. Plovdiv, Bulgaria (9.000 años)
5. Jerusalén, Israel (5.000 años)
6. Neumático, Líbano (5.000 años)
7. Atenas, Grecia (3.400 años)
8. Lisboa, Portugal (3.200 años)
9. Varanasi, India (3.000 años)
10. Cholula, México (2.200 años)



Algunos expertos sitúan por ejemplo a Jericó como la más antigua. Desde el sur de Italia, se indica que la ciudad de Matera es la única del mundo que puede jactarse de que muchas de sus gentes vivan en las casas de sus antepasados de hace 9.000 años.
Algunos también podrían reclamar la presencia de Byblos en Líbano, incluso de nuestra querida Cádiz que se encontraría cerca de las últimas posiciones. En cualquier caso este listado en general nos ofrece una idea amplia de cual son las ciudades con más solera del mundo.
Ahora solo nos queda adentrarnos en sus calles y recovecos esperando escuchar que sus piedras milenarias nos susurren sobre su historia, su cultura y sus leyendas.