CABO DE GATA - CON "Ñ" DE ESPAÑA -

UN DESIERTO DE PELICULA EN EL MEDITERRANEO   Durante esta pandemia, no dejes de viajar. Sigue con tu vida. No podemos salir al extranjero, p...

domingo, 25 de agosto de 2013

UZBEKISTAN (2ª Parte): EL GRAN SECRETO DEL TAMERLAN


Diario de viaje de "Un viajero impenitente"

Segunda Parte

LAS CIUDADES SECRETAS DEL TAMERLAN: "SAMARKANDA Y SHAKHRISABZ"




Día 11º - 19 de Agosto.- Lago Aydarkul – Samarkanda

Buenos días.
La experiencia de dormir en el desierto ha ido por barrios; una parte ha dormido de un tirón como por ejemplo yo, otros han dormido bien hasta el amanecer, hasta que ha entrado la luz en la yurta, otros han visitado las dunas cercanas varias veces durante la noche y otros han estado haciendo guardia toda la noche. Todo estos tipos de actuaciones son normales e inevitables y los generan nuestros miedos a lo desconocido y sobre todo por la ausencia de comodidades y su forma de vivir tan diferente a las nuestra.


En una parte del campamento estaba la sección de baños comunes; 2 WC, 4 duchas y 4 lavabos con espejo. Todo era muy básico al estilo campamento juvenil en España.

Fuimos al chamizo a desayunar un pequeño buffet, como ellos lo llamaban y que tenía; café té, pepino, tomate, salchichas hervidas de cordero, huevos hervidos de gallina feliz (así llaman aquí a las gallinas criadas en libertad), arroz hervido, pan y fruta.



CLIMA
Para los que quieran visitar el país en Julio y Agosto, no deben de preocuparse por el clima en exceso. Frases como “Allí te vas a morir de calor”, “La temperatura no baja de los 40º C””,…
Efectivamente hace calor, pero como es un calor seco, es bastante llevadero con un buen gorro y ropa adecuada.
La temperatura en las horas punta de calor, entre las 14h y las 17h, suele llegar a los 36 o 38º C. Son las horas en las que uno puede quedarse en el hotel a descansar, aunque no es necesario.
El resto del día el calor se mezcla con una ligera brisa y por la noche el clima es muy, muy agradable. En algunas zonas del país, hacia la madrugada suele hacer un poco de frio.


Subimos a las furgonetas y salimos hacia la aldea. Después de unos 15 o 20 minutos por pistas y de unos cuantos saltos, llegamos a donde estaba nuestro autobús para salir hacia el lago Aydarkul.

La formación de este lago no natural es otro de los muchos despropósitos de la época de la gran Unión Soviética. 


Con la superproducción del algodón se cargaron el Mar de Aral, una de las grandes reservas de agua de la Biosfera y de un pequeño lago, va y fabrican este gran lago artificial para continuar haciendo de las suyas con la producción del algodón. Menos mal que acabó antes esa época de que se cargaran también este lago.
El lago en un principio era de agua dulce, pero como la tierra que lo rodea contiene un nivel muy alto en sales minerales, al mezclarse se ha quedado un agua salada permanente, con un nivel de un 12 a un 13% de sal.  Bastante menos que el agua del mar.

Llegamos a una zona donde se había formado una especia de playita con piedras y allí que nos fuimos a bañar.
Mientras nos bañábamos y algunos paseaban, los paisanos tártaros, nos montaron una pequeña carpa para guarecernos del sol.
En esa gran playa artifical que es el  lago Aydarkul, solo estábamos nosotros, una pareja de viajeros alemanes y un rebaño de cabras que habían ido a beber. Un entorno muy bucólico, pero muy árido.
Sobre las 12 nos  prepararon un pic-nic a su estilo (ensaladas de pepino y tomate, pescado del lago frito (estaba muy bueno), arroz blanco, sandía y por supuesto té verde en cantidades industriales.
Cuando dimos cuenta de las viandas, nos pusimos en marcha, porque aún nos quedaban cinco horas de autobús hasta llegar a Samarkanda, el principal objetivo de nuestro gran viaje por “la gran ruta de la seda”.

Después de una hora más o menos de carreteras con curvas y agujeros y más agujeros, paramos en una colina de piedra pizarra, para ver unos petroglifos (son dibujos simbólicos pintados en la roca). Fueron realizados por nuestros antepasados del período neolítico.

Tiene bastante sentido su situación, dada la proximidad de una zona con vegetación (como un oasis) y el cauce de un antiguo y hoy seco río. Dos cosas básicas para que hubieran asentamientos humanos.

Sin perder mucho más tiempo, continuamos viaje. Y después de dos películas de video, una buena siesta, mil agujeros más saltados en la carretera, animales cruzando la calzada, etc…
Por fin llegamos a Samarkanda “La perla ee oriente”.

Nos hemos alojado en el Hotel Registon Plaza, situado a unos 400m del Mausoleo de Amir Tmur (Tamerlán) y a 800m de la gran plaza del Registán, la más grande y obra maestra de la arquitectura civil en Asia Central.



Descansamos y cenamos en el hotel. Para ir recuperando a las 3 o 4 personas que han ido cogiendo una ligera gastroenteritis que puede producir el agua y las especias en este país. Nos prepararon un buffet muy completo, con muchos productos suaves.

Después de dos día de muchos kilómetros y malas carreteras, algunos se fueron a dormir, pero el resto no podíamos esperar más en ver la gran Plaza del Registán y allí que nos fuimos.

 Como está considerado un monumento museo, por las noches está cerrado y no se puede entrar, pero si que la rodeamos por los laterales y por sus jardines y solo puedo decir: verdaderamente es IMPRESIONANTE.
Como la íbamos a ver al día siguiente y por dentro, nos volvimos al hotel a descansar.

Mañana será un gran día en nuestra hermosa y gran aventura por Asia Central.

Día 12º - 20 de Agosto.- SAMARKANDA

Marco Polo describió así a la ciudad de Samarkanda: “Es bellísima y llena de hermosos jardines”.

Rui Gonzalez, embajador de Enrique III de Castilla en 1406 dijo de la ciudad: Samarkanda es una nobilísima y gran ciudad en la que se encuentran bellísimos jardines y todos los frutos que el hombre pueda desear”.

Lo extraño en Samarkanda es que queden monumentos en píe después de todo lo que ha vivido. Alejandro el Grande la arrasó en el 329 a.C, los hunos en el S.V, los turcos en el S.VI, los árabes en el S.VIII, Gengis Khan en 1221, Tamerlán en 1370 y los rusos en 1868.

Ansiosos por ver todos los rincones de esta bonita ciudad, no demoramos nada nuestra salida hacia el primer lugar que visitamos, el Mausoleo Guri Emir (s.XIV), ya que lo teníamos a unos 400 metros de nuestro hotel. El mausoleo es la tumba del “Tamerlán “ Amir Temur (conquistador, líder militar y gran político).



Este humilde y bello edificio es considerado como una obra de arte dentro de los tesoros arquitectónicos de Asia Central y sirvió como prototipo para la construcción de famosos edificios de los grandes mogoles en la India, su mejor ejemplo es el famosísimo Taj Mahal en la ciudad de Agra.

Después de la muerte del Tamerlán y ya en el siglo XVI, cuando Bukhara se convirtió otra vez en la capital del imperio, las obras monumentales cesaron en Samarkanda y muchas fueron abandonadas.

Luego fuimos a ver la Mezquita Catedral de Amir Temur, que también recibió el nombre de Bibi-Khanim y fue construida a principio del S.XV. 


En el centro del patio donde se encontraba el pabellón para las abluciones rituales, hay un atril gigantesco de mármol para un Corán de tamaño también gigantesco. 

Fue fabricado por Ulugbek (el arquitecto, astrónomo, etc…; vamos el intelectual de moda en esa época, ya que hacía de todo).




Justo al lado estaba el Bazar Siab (Bazar de los dos canales), el mercado principal de la ciudad de Samarkanda.


Al entrar en el bazar retrocedimos al pasado y parecía que se hubiera parado el tiempo, ya que las formas de comprar no tienen nada que ver con las que conocemos en Europa en la actualidad. Allí se compran frutos secos (pistachos, huesos de albaricoque, almendras, etc), frutas de todo tipo, pan (su bien sagrado), especias, verduras, legumbres, caramelos, dulces, quesos frescos, mantequillas, miel, etc.




Sus vendedores son amables y no dudan en darte a probar cualquiera de los múltiples productos que venden, antes de que los puedas comprar.
Es un lugar lleno de colores y olores, siempre muy animado y con gente de diferentes razas negociando lo que quieren comprar.
Todos los puestos estaban muy bien organizados y se notaba una limpieza y una pulcritud inusual en otros mercados del mundo musulmán.




Montamos en una especie de trenecillo eléctrico moderno que nos llevó en unos breves minutos hasta la Joya de la Corona: la PLAZA DEL REGISTÁN.
Como ya dije en el día de ayer, su imagen es IMPRESIONANTE.
Solo le tengo que poner un pero y no es por culpa de la plaza, sino del gobierno del país, porque durante estos días están montando en medio de esta maravilla de la historia, un escenario gigantesco con grandes torres de luces y grandes cajas de sonido, para un festival folclórico internacional que va a empezar el día 25 de Agosto y no pudimos hacer una fotografía completa de toda la plaza. Menos más que en unos diez días desaparecerá y todo volverá a la normalidad para bien de todos los que la visiten.

Registán (Plaza de arena) es la plaza central de la Samarkanda nueva desde el siglo XIV. Antes por este lugar pasaba un canal de agua y por ese motivo se depositaron la arena y el limo con el que construyeron  posteriormente sus edificios.

El primero de ellos es la Madrasa de Ulugbek (S.XV). El arco de su entrada mide 15 m y su mosaico representa un tapiz de estrellas. En ella se daban clases de teología, matemáticas, astronomía, filosofía y literatura. En esa época los musulmanes eran mucho más eruditos que en la actualidad.


El segundo es la Madrasa de Shir – Dor (S.XVII), situada en frente de la Madrasa de Ulugbek, y parece un reflejo de ella. 
Los tímpanos del arco principal contienen la figura de un tigre-leonado que se lanza sobre un gamo y un sol radiante, de ahí el nombre de la madrasa; Shir – Dor (Cher-Dor), “que tiene los tigres”. Tiene una fachada de 51 m de minarete a minarete.




















El tercero es la Madrasa Tillo – Kori (S.XVII). Esta madrasa que su nombre significa “dorado”, cierra la plaza y le da una armonía muy agradable a la plaza. En su momento también cumplía el papel de mezquita grande en el centro de Samarkanda. La mezquita está situada en la parte oeste del patio interior de la madrasa.

Desde la terraza mirador hay una vista única de toda la plaza. Cuando subes, los pies parece que se peguen al suelo, ya que no te puedes mover y dejar de admirar tanta belleza junta.
Como ya he dicho en múltiples ocasiones es IMPRESIONANTE.

Ciegos de tanto destello de belleza arquitectónica, regresamos al hotel para comer y descansar un rato.

Dejamos pasar las horas fuertes del sol y prestos a la llamada de la belleza de la plaza del Registán, volvimos a ella paseando por la gran avenida que la separaba de nuestro hotel.
Lo más complicado fue cruzar las calles por los pasos de peatones y por los semáforos, ya que los samarkandos hacen caso omiso a estas señales y prácticamente hay que pedirles permiso a los coches antes de pasar. Pasábamos pero corriendo.

Nos sentamos en una cafetería con terraza, delante de los monumentos de la plaza y además de la vista que teníamos, coincidimos con el ensayo general de la inauguración del festival internacional de folclore que se va a celebrar a partir del día 25 de Agosto. Por cierto España también está representada en el festival, aunque no nos supieron decir por quién.


Por la noche fuimos a cenar al Restaurante Bekmurad. Cenamos en un patio interior descubierto muy agradable y acompañado por música y bailes tradicionales samarkandos. El clima era perfecto, ya que no hacia calor y la brisa era muy suave.
Cenamos unas tostas de boquerones ahumados rusos, aceitunas, tortas fritas con queso brynza (queso de oveja eslovaco) con espinacas, pepinos y tomates (como no), rodajas de berenjenas y calabacines fritos con tomate y verduras, crema de garbanzos, carne de cordero, melón y sandia, pan (espectacular) y mucho té verde.

Después de un día tan impactante solo queda descansar porque mañana tenemos otro día muy duro. Nos vamos a Shakhrisabz (también es ciudad patrimonio de la humanidad), donde nació el Tamerlán Amir Temur.


Día 13º - 21 de Agosto.- Shakhrisabz

Hoy volvemos a coger carretera (solo es asfalto tapando agujeros gigantes). A unos 130 km de Samarkanda está Shakhrisabz, la ciudad natal del Tamerlán Amir Temur.
Los persas la bautizaron como la ciudad verde, por sus jardines.


Lo primero que fuimos a ver fue el Palacio Ak-Saray (S.XIV). Era el palacio de verano de Amir Temur, también llamado el palacio blanco. Todavía le queda bastante decoración original y muy colorista, en sus torres laterales que siguen en pie.






Cruzamos el paseo con su jardín y llegamos a la estatua gigante (al estilo soviéticos) de Amir Temur. Bajo un sol de justicia, una mujer local, estaba limpiando con una especie de mopa vieja el suelo seco de la fuente que hay bajo la estatua. Creo que todo se quedaba como estaba antes de pasarle ese trapo.



Después de unos cuantos tragos de agua fría para combatir un día de gran calor, fuimos a ver el Complejo Dor-ut Saodat del cual solo queda hoy en pie, su mausoleo y la Mezquita Hazreti Imam (S.XIX) usada solo para los rezos en época invernal.




Centro del complejo Dor-ut Saodat, se encontró la cripta donde se supone fue enterrado el Tamerlán Amir Temur. Se duda de su veracidad ya que en la tapa del sarcófago y en contra de la tradición, no hay escritos textos coránicos como correspondía al cargo que ocupaba Amir Temur.


Para finalizar nuestra visita a Shakhrisabz, fuimos a ver el complejo Dor-ut Tilovat (casa de los responsos o el centro de los lectores del Corán). Dentro pudimos admirar la mezquita catedral Kok Gumbaz (cúpula azul) del S.XV, la madrasa Dor-ut Tilovat y el túmulo de Gumbazi-saidon.
La cúpula del mausoleo es del S.XIV y las cúpulas azules Kok Gumbaz y Gumbazi-Saidon fueron totalmente restauradas en la segunda mitad del S.XX.
Al no haber restaurantes allí la tradición es comer en casas de la gente local que se dedican a ello. En este caso comimos en un patio ajardinado muy fresquito en casa de la familia del Sr. Alisher.
Te sirven muy bien y con mucho más cariño que en un restaurante. Normalmente lo llevan el dueño de la casa y su familia y después de 15 días en el país y comer en cuatro casas de familias locales puedo decir con garantías que han sido las cuatro mejores comidas del viaje.

El menú que nos tenían preparado llevaba; tres ensaladas variadas, tomate y pepino, samsas (empanadillas)  de patata, de cebolla y de carne, un raviole de carne de cordero, una especie de empanadilla triangular de pata y carne picada, requesón salado (como yogurt), carne de cordero con patatas y salsa, frutos secos, melón y sandia y mucho té.
Os puedo asegurar que todo era de mucha calidad y en cantidad.




Después de algunas fotos y muchas risas en el patio de la casa, regresamos hacia Samarkanda.




Otra vez 130 km por baches, curvas, saltos, cruces de coches, bicicletas cargadas circulando en dirección contraria, etc….








Como estábamos muy cansados cenamos en el restaurante del Hotel.



Dia 14º - 22 de Agosto.- Samarkanda - Tashkent
Después de desayunar fuimos a ver el mayor observatorio astronómico de aquella época, fruto de los estudios de Mirzo Ulugbek en 1420.  Durante más de 30 años se estudiaron con gran precisión el movimiento de planetas y estrellas.

Luego fuimos a ver el Museo de la antigua ciudad Afrosiab, con tan mala suerte que hubo un fallo eléctrico y no había luz y por lo tanto tampoco había aire acondicionado. Pudimos ver casi todas las salas excepto la última que aparte de ser la más interesante la tuvimos que ver ayudados de las linternas de los móviles. Lamentable pero cierto.

De ahí a la necrópolis de Shakhi – Zinda (S.IX al XIV) en Afrosiab. Está el mausoleo de Kusam Ibn Abbas, el grupo norte con el mausoleo de Jodzha-Ahmad, el grupo central con el mausoleo de Amir Burunduk, el mausoleo de los temuridos para las mujeres  de su familia y el grupo sureño conocido por la escalera legendaria. El número de escalones lo pueden contar solamente las personas creyentes de verdad.
Todos los mausoleos y rincones de la necrópolis están llenos de tenderetes de artesanía, fotos antiguas, bolsos, etc. Vamos que mientras se ven las tumbas de los muertos de hace siglos y se hacen fotografías, se compran recuerdos del país.

De ahí nos fuimos al restaurante Samarkanda. Un salón de celebraciones típico entre la gente uzbeka.  Varios grupos de mujeres uzbekas estaban celebrando cumpleaños y mientras comen como hay música salen a bailar.
Eran muy lentos en el servicio, aunque la comida no estuvo mal. De entradas nos pusieron requesón salado (yogurt), ensalada uzbeka sin cebolla, maksan de remolacha, col, pepinos, zanahoria y aceite (otro tipo de ensalada), Chahonbili estilo de Georgia (sopa estofado de pollo), Shashlik de gallina y de carnero (albóndigas de carne), Pahlava (postre típico uzbeko) y té.
Luego del postre le dimos una sorpresa a una persona del grupo ya que era su cumpleaños y mientras los camareros le cantaban el cumpleaños feliz, le sacaron una tarta con una vela y la regamos con un vaso de vodka.
Brindamos en ruso: Na zdorovje.

Cogimos unos taxis y nos fuimos a la estación de tren de Samarkanda para tomar el Talgo (Tren español) de alta velocidad desde Samarkanda hasta Tashkent. Tardamos dos horas y media en hacer este recorrido de 320 km.
A nuestra llegada nos estaba esperando el autobús con las maletas para llevarnos al Hotel Internacional de Tashkent.

Sobre las nueve salimos a celebrar la ultima cena en Uzbekistan. El Restaurante tradicional “Tarona” fue el elegido. Fue una cena muy festiva con folclore tradicional uzbeko y con un menú: Mantis (pasta rellena de carne), pepino y tomate, frutos secos, Shashlik de gallina y carne de vaca, Bolitas de patata,  verduras al grill, Helado, pan uzbeko y mucho té.
Esta cena la regamos con vino rojo uzbeko al estilo italiano  (vino fuerte un poco avinagrado) y para acabar la noche, nos tomamos unos vasitos de vodka.
Mientras cenábamos, unas bailarinas y un percusionista uzbeko nos deleitaron con folclore de su país.

Volvimos al hotel a preparar las maletas y descansar porque mañana tenemos un día muy duro y regreso a casa.

Día 15º - 23 de Agosto.- Madrid - Valencia

A las 10,30h salimos hacia el aeropuerto internacional para tomar el vuelo de Uzbekistan Airways con destino Madrid, con una escala técnica en Ginebra. El vuelo salió a las 13.35h. Como en el vuelo de ida llevábamos niños pequeños uzbekos y llorones a bordo que nos amenizaron todo el viaje.
Pobrecillos porque por la presión del avión se ve que les duelen los oídos y como no pueden quejarse pues lloran.
Llegamos y nuestro autobús nos estaba esperando para llevarnos de vuelta a Valencia.
Paramos a mitad de camino a cenar (la primera cena en España) en la Posada San José, un típico en la carretera de Madrid a Valencia.
Algunos cenaron huevos fritos con panceta, otros judiones con chorizo, jamón con tomate, mollejas de cordero, etc…. como podéis observar todo típica comida Uzbeka.

Y llegamos a Valencia 24 horas después de levantarnos.

El viaje ha sido agotador, espectacular, enriquecedor y sobre todo muy interesante.
Os recomiendo que conozcáis este país, su cultura, sus monumentos, su gente, su forma de vivir, etc….

Y como me dijo un buen amigo uzbeko:

“Hace ya tiempo que aprendí que en una ciudad con encanto,
no importa en que dirección nos lleven los pasos.”

MUMIN